miércoles, julio 27, 2005

"Todo lo hizo bien"

Así de evangélica, directa y sincera es la opinión que le merece a Rosario Arévalo, consejera de Medio Ambiente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, la actuación de Rosario Arévalo. No parte de la actuación, no, ni siquiera mucho: todo, absolutamente todo. Y si una barbacoa dominguera acaba en un incendio con el saldo trágico y tercermundista de once muertos once, pues es lo que hay, lo que sucede cuando "todo se hace bien". Habrá que suponer que, en caso de mala gestión de la consejería, las víctimas dejarían en nada a las del bombardeo de Dresde y la superficie quemada llegaría a la frontera con Francia.

Parece haber algo en la política que inhibe, no ya la honestidad común, sino el más elemental sentido del ridículo, el pudor más básico. Los políticos son verdaderos virtuosos del 'sostenella y no enmendalla', hasta extremos heroicos. Confieso que en los inicios de esta crisis mi primer impulso fue defender al Gobierno. Negligencias aparte, tenía la sensación de que todo el mundo se estaba olvidando de la barbacoa, sin contar con que hay algo repulsivo en el modo en que cualquier catástrofe intencionada es inmediatamente convertida en arma arrojadiza en la guerra política. Pero la actitud de los socialistas es un cruel sarcasmo que se suma al dolor de las víctimas, desde la perfección inmaculada de la Arévalo hasta la vergonzante visita de Rodríguez a una Guadalajara-Potemkin, sin periodistas, sin familiares, sin preguntas incómodas.