lunes, mayo 30, 2005

La Francia libre

A ver si lo entiendo. Unos señores, sin consultar a nadie, deciden que Europa necesita una constitución y elaboran una sin contar apenas con el pueblo o la sociedad civil. Francia, patria de los principales autores de este texto, vota en contra de este texto y NADIE en los medios de comunicación piensa en darle a este voto su significado literal, a saber: no queremos esta Constitución. La prensa habla de castigo a Chirac, lo que quizá sea cierto, pero equivale a tirar balones fuera y a decir que los franceses –e, imagino, el resto de los europeos- no se toman la Unión demasiado en serio.

En España pasó exactamente lo mismo, pero al revés: nuestro “sí” fue un voto de confianza al Gobierno. Entonces, ¿quién cree aquí en Europa? Salvo por la increíble arrogancia de los eurócratas, no hay nada de extraño, mucho menos de trágico, en que los franceses hayan rechazado una de las muchas constituciones posibles, redactada a espaldas de todos. Pero nuestras benévolas y remotas élites parecen pensar que el único problema de Europa somos los europeos.