El ombliguismo de Occidente (Carta del diablo)
Apreciado Isacarón: Si te hacía falta alguna prueba más de que Occidente es tierra abonada para nuestra causa, las reacciones al nombramiento del alemán de Roma habrán despejado todas tus dudas. No, no hablo ahora de disidencia como tal; ésta, con ser un plato muy de nuestro gusto, no es el premio gordo. No nos basta con que los pueblos se aparten de la verdad, necesitamos anclarlos a la mentira con nuestra ‘especialidad de la casa’: la soberbia.
Y eso es lo magnífico de Occidente, su extática contemplación de su propio ombligo. En el mundo, los fieles del Enemigo tienen, gracias a los abismos, graves problemas, problemas reales: sufren persecución legal en buena parte del mundo islámico, martirio en no pocos países. Si algún momento ha merecido el título de Era de los Mártires es ésta,por número de muertos y perseguidos por la fe.
Así las cosas, uno pensaría que las preocupaciones de esta masa ingente de católicos deberían figurar muy alto en la agenda que los medios de comunicación occidentales están elaborando -desinteresadamente, claro- al nuevo Papa, ¿no?" Es broma, sobrino; ya sé que conoces la respuesta. Lo importante son las deliciosas menudencias de una sociedad bien alimentada y segura de sí misma, una generación malcriada que considera prioritario el menor de sus caprichos, que quiere tenerlo todo: no sólo ceder a todos sus impulsos, sino contar, además, con el aplauso de la Iglesia.
ASMODEO
Y eso es lo magnífico de Occidente, su extática contemplación de su propio ombligo. En el mundo, los fieles del Enemigo tienen, gracias a los abismos, graves problemas, problemas reales: sufren persecución legal en buena parte del mundo islámico, martirio en no pocos países. Si algún momento ha merecido el título de Era de los Mártires es ésta,por número de muertos y perseguidos por la fe.
Así las cosas, uno pensaría que las preocupaciones de esta masa ingente de católicos deberían figurar muy alto en la agenda que los medios de comunicación occidentales están elaborando -desinteresadamente, claro- al nuevo Papa, ¿no?" Es broma, sobrino; ya sé que conoces la respuesta. Lo importante son las deliciosas menudencias de una sociedad bien alimentada y segura de sí misma, una generación malcriada que considera prioritario el menor de sus caprichos, que quiere tenerlo todo: no sólo ceder a todos sus impulsos, sino contar, además, con el aplauso de la Iglesia.
ASMODEO
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