Por ser tú (firma invitada)
Yo enseguida me pongo colorada. Mis amigos y compañeros se divierten con mi ‘gama de rojos’. Y es que tiene gracia, porque es una muestra más de que 'somos poca cosa'. Algo tan simple... y no lo podemos controlar. Un piropo, una mirada inoportuna o cualquier idea peregrina que se pasa por la cabeza hace que, de pronto, la cara cambie de color. Y cuanto más se intente evitar, más color...
Creo que el problema es que a veces nos importa demasiado lo que piensan de nosotros. Como dice mi sabio amigo Enrique, cuando uno se pregunta: “¿Habré quedado bien? ¿Habré quedado mal?”, alguien le debería decir: “¡Pero si no has quedado! ¡Si no existes!”. Y cuando uno se pregunta: “¿Qué pensarán de mí? Es muy probable que la respuesta sea: nada. Nada, porque seguro que tienen otros cosas más importantes para ellos en las que pensar. Aunque lo dice en broma y lo lleva al extremo para dejar clara la idea y darle un poco de gracia, yo creo que tiene mucho de cierto.
Creer que los que te rodean van a pensar mal de ti por lo que dices o haces es, en el fondo, aunque sin darte cuenta, suponer que eres mejor que los demás. ¿Acaso tú lo haces con ellos? ¿Y por qué dar por hecho que ellos sí lo hacen contigo?
Claro que habrá a quien le importe lo que hagas o digas, pero afortunadamente, justo ésos, no te valoran por la lucidez de tus frases, sino por ser tú. Y eso es precisamente lo mejor que puedes ser en esta vida, lo que Dios te ha hecho: muy tú, el mejor tú, pero, sencillamente, tú.
Sonsoles Calavera
Creo que el problema es que a veces nos importa demasiado lo que piensan de nosotros. Como dice mi sabio amigo Enrique, cuando uno se pregunta: “¿Habré quedado bien? ¿Habré quedado mal?”, alguien le debería decir: “¡Pero si no has quedado! ¡Si no existes!”. Y cuando uno se pregunta: “¿Qué pensarán de mí? Es muy probable que la respuesta sea: nada. Nada, porque seguro que tienen otros cosas más importantes para ellos en las que pensar. Aunque lo dice en broma y lo lleva al extremo para dejar clara la idea y darle un poco de gracia, yo creo que tiene mucho de cierto.
Creer que los que te rodean van a pensar mal de ti por lo que dices o haces es, en el fondo, aunque sin darte cuenta, suponer que eres mejor que los demás. ¿Acaso tú lo haces con ellos? ¿Y por qué dar por hecho que ellos sí lo hacen contigo?
Claro que habrá a quien le importe lo que hagas o digas, pero afortunadamente, justo ésos, no te valoran por la lucidez de tus frases, sino por ser tú. Y eso es precisamente lo mejor que puedes ser en esta vida, lo que Dios te ha hecho: muy tú, el mejor tú, pero, sencillamente, tú.
Sonsoles Calavera
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