lunes, febrero 06, 2006

Vivir bajo el miedo

Todos hemos concluido alguna vez, avanzada la madrugada, tras muchas horas de discusión, que todo es relativo. Todos nos hemos preguntado alguna vez hasta qué punto es libre una sociedad, cuáles son los límites de la democracia, cuál es la zona gris entre una dictadura populista y una democracia real, aunque imperfecta.

Pero este fin de semana he estado en un lugar donde es imposible hacer juegos de palabras con la libertad porque aquí falta en una ausencia aullante y descarada, un lugar donde el miedo se palpa y se hace cotidiano, como ir a comprar el pan o encender la calefacción en invierno. He estado en un pueblo del País Vasco donde el hijo de un hombre asesinado debe ver cómo hacen hijo predilecto al asesino de su padre, donde el odio pudre el aire y la amenaza cubre las pausas y los silencios. He visto el miedo paseando libre por la calle.