miércoles, diciembre 14, 2005

Placer prohibido (carta del diablo)

Apreciado Isacarón: Me comentas que no comprendes cómo los mortales pueden entenderlo todo tan mal, cómo nos identifican con el placer, ese frívolo invento del Enemigo. De acuerdo, es un poco humillante que nos juzguen tan poco serios, pero tienes que contenerte y seguir con el juego. Es una publicidad formidable. Acostúmbrate.

Aunque te chirríe, ellos han creado una imagen del Enemigo que tiene los rasgos de una nodriza puritana y ñoña, y de nosotros como los proveedores del ‘placer prohibido’. Que nunca se paren a pensar que Él, ese supremo hedonista, es la única fuente de placer, que Él los ha creado todos y los ha visto (¡horror!) buenos; y que lo que estos descerebrados llaman ‘placer prohibido’ es, en realidad, el placer retorcido, el goce frustrado.

Lo que hacemos, en este caso, es lo que acostumbramos a hacer en todos: convencerles de que el verdadero uso de un lápiz no es dibujar ni escribir, sino metérselo en la nariz. Ya lo hicimos aquella primera vez, en aquel jardín, y funcionó a las mil maravillas: conseguimos que se apartaran de Él prometiéndoles lo que ya tenían y de ninguna manera podíamos darles. Sólo que mientras Él intenta aclarar lo oscuro, nosotros oscurecemos lo trivial y lo vacío, lo rodeamos de expectación y velos. Y no temas que, cuando hayan probado y visto que la cáscara está vacía y el fruto es amargo se den la vuelta: pensarán -les haremos pensar- que el verdadero fruto está más allá, detrás de un nuevo velo. Repite el proceso.

2 Comments:

Blogger Sebastián said...

Aguante las cartas del diablo!

Saludos.

8:07 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

...para la envidia de Lewis!

1:29 p. m.  

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