martes, enero 03, 2006

¿Hace un pitillo?

Me van a perdonar los lectores y mis jefes si no doy pie con bola en esta columna, la primera que escribo a pecho descubierto, sin enmarcar las líneas entre caladas y entreverlas tras una sutil pantalla de humo. Fumar o no fumar, seguramente, no es para tanto, aunque en un sentido es el más espiritual de los placeres ya que, al ser vacío, es el fumador quien los llena de lo que quiere o conviene, que lo mismo echamos mano de él para tranquilizarnos que para despertar las ideas; ya para aislarnos del mundanal ruido como para romper barreras sociales o iniciar amistades al calor ritual del pitillo de la paz. No es el huevo, es el fuero. Es este fascismo higienista, con su estigma social y con los no fumadores alzándose de hombros, sin advertir que la norma que hoy les elude o incluso les favorece será mañana el precedente que se usará contra ellos, contra alguna de sus libertades. Mi mujer tiene derecho a darme la vara, que es mi mujer; mi jefe lo tiene, que la barraca es suya. Pero que la ministra respete el fet diferencial de mis pulmones

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Fascismo higienista, muy bueno!

11:08 a. m.  

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