lunes, marzo 21, 2005

Luis Eduardo Fraude (Firma invitada)

El Proceso de Burgos fue el consejo de guerra que en los setenta juzgó a unos etarras acusados de matar cobardemente a tres hombres. Curiosamente, uno de los letrados defensores fue el que hoy es Alto Comisionado para las Víctimas, Gregorio Peces-Barba, quien hace poco acudió al homenaje brindado a un nonagenario criminal de guerra. ¿Basta la asistencia de Peces a la cena para dudar de su idoneidad para el cargo? Porque si lo de Paracuellos no fue terrorismo a granel, entonces, ¿qué fue?

Pero volvamos al Proceso de Burgos. Los fusilamientos -de todo punto condenables- que siguieron al mismo inspiraron al cantautor Aute una canción, Al alba, que no es de mis favoritas. Y no lo es, sencillamente, porque de Aute me gustan otras. O me gustaban, pues ahora descubro que son mentira, después de leer con pasmo en la prensa que Aute ha perpetrado en El País, el Boletín Oficial de Polanco, una declaración de apoyo a la dictadura de Castro, el tiranosaurio del Caribe. Al cantautor, los crímenes de Fidel no le inspiran baladas, sino manifiestos, y no precisamente de condena.

Por eso ya no me creo sus letras, porque sólo son lamentos cursis de señorito ‘progre’ que no ha sudado nunca una camisa, ni siquiera durante un concierto. Jugar a comunista en La Habana cuando se tiene un billete de vuelta en el bolsillo lo hacen hasta los tontos. O, precisamente, los tontos. Por eso, tus canciones son un fraude, Aute.

Gonzalo Altozano