miércoles, octubre 05, 2005

Dios y Patria, la extraña pareja

¿Imaginan lo que pasaría si en Madrid tratara de fundarse un Partido Nacionalista Español? Las acusaciones de fascismo iba a surgir, probablemente con razón, hasta de las piedras. Pero si lo hacen los territorios autonómicos, queda hasta progresista. En el fascismo, se ve, el tamaño importa.

El patriotismo es un sentimiento tan saludable, humano y respetable como el amor a la propia familia; de hecho, es el amor a la propia familia, a la familia grande e intrincada, extendida en el tiempo, que compone una nación. Pero debo reconocer que los patriotas de carné me ponen nervioso, y no sólo porque, en palabras del Samuel Johnson, el patriotismo es con frecuencia el último refugio de un canalla. En España, Dios y Patria han constituido para muchos un inquietante contubernio del que no se sabía bien cuál era más importante ni hasta qué punto ese ‘dios’ era bueno porque prestaba grandes servicios a la patria.

Debe haber pocos refranes tan estúpidos como aquel de que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. No; con frecuencia es otro enemigo, quizá más peligroso. Los norteamericanos probaron en carne propia esta verdad cuando, tras haber apoyado a los islamistas en Afganistán contra los soviéticos, se encontraron alimentando a la bestia que ahora les tiene en jaque.

Esto es aún peor cuando se traslada al terreno ideológico, sobre todo porque los bandos que se presentan como enemigos irreconciliables son a menudo primos hermanos. Así, hace algo más de medio siglo parecía necesario elegir entre el comunismo y los fascismos, cuando en realidad partían de una misma concepción del Estado omnímodo ante el cual el individuo era un cero a la izquierda.

Esta es la falsa dialéctica que plantean los nacionalistas periféricos en sus reivindicaciones, pretendiendo que quien se les opone es un ‘españolista’ nostálgico del Franquismo, un patriotero de los de águila de San Juan y por el imperio hacia Dios. Nada más lejos. Quienes hacen hoy de su ‘patria’ un dios celoso y absorbente, quienes se escudan tras los colores ‘nacionales’ para trepar y hacerse un hueco de poder, quienes sacuden el monigote del ‘estado extranjero y opresor’ para recortar libertades y ocultar corruptelas son los partidos nacionalistas.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

8:45 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

mu bien dicho, zí zeñó.
para colmo ha sido ese "estado opresor" quien ha financiado durante 30 años esa mentira colosal que iba contra su propia esencia.
españa (occidente) lleva muchos años tirándose piedras contra su tejado.

11:37 a. m.  

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