La Eucaristía como excusa para hacer política
Si dos personas intentan discutir el paisaje que tienen delante y uno ve una selva y otro un desierto, no es probable que salga mucha luz de esa discusión.
Al final, casi todos nuestros debates medianamente interesantes comprometen nuestra visión del mundo y están condicionados por ella. En el caso que del Papa, creer o no que este 'anciano' (Borrell dixit) es el vicario de Cristo en la tierra es absolutamente determinante. En un caso se verá en sus palabras una guía; en el otro, sólo estrategias de poder.
Un ejemplo. El País dedica hoy una página al Sínodo de los Obispos inaugurado por el Papa. Pues bien, en su penúltimo párrafo dice: "... pese a que el mini concilio vaya a tratar, de oficio, sobre una cuestión tan abstracta como la eucaristía".
Ahora, para un creyente, para quien piense que lo que dice la Iglesia es verdad, esto suena como si alguien dijese: "Se teme que el paso del Huracán Katrina afecte las poblaciones del aligustre verde, aunque algunos observadores han señalado que también podría causar algún prejuicio a los habitantes de Nueva Orleans". Y me quedo muy, muy lejos.
Para un católico, la eucaristía es cualquier cosa menos abstracta ('milagrosa' sí, pero el milagro siempre es cegadoramente concreto), cualquier cosa menos periférico o 'de relleno'. No es meramente central; es el Centro.
Pero, claro, para quien no cree, comprensiblemente, lo único importante es la vertiente política de las palabras de Benedicto. Aunque cuando El País sea un vago recuerdo y las naciones, los estatutos, las causas urgentes, las ideologías imprescindibles y las noticias sensacionales hayan pasado, se seguirá adorando al Santísimo Sacramento...
Al final, casi todos nuestros debates medianamente interesantes comprometen nuestra visión del mundo y están condicionados por ella. En el caso que del Papa, creer o no que este 'anciano' (Borrell dixit) es el vicario de Cristo en la tierra es absolutamente determinante. En un caso se verá en sus palabras una guía; en el otro, sólo estrategias de poder.
Un ejemplo. El País dedica hoy una página al Sínodo de los Obispos inaugurado por el Papa. Pues bien, en su penúltimo párrafo dice: "... pese a que el mini concilio vaya a tratar, de oficio, sobre una cuestión tan abstracta como la eucaristía".
Ahora, para un creyente, para quien piense que lo que dice la Iglesia es verdad, esto suena como si alguien dijese: "Se teme que el paso del Huracán Katrina afecte las poblaciones del aligustre verde, aunque algunos observadores han señalado que también podría causar algún prejuicio a los habitantes de Nueva Orleans". Y me quedo muy, muy lejos.
Para un católico, la eucaristía es cualquier cosa menos abstracta ('milagrosa' sí, pero el milagro siempre es cegadoramente concreto), cualquier cosa menos periférico o 'de relleno'. No es meramente central; es el Centro.
Pero, claro, para quien no cree, comprensiblemente, lo único importante es la vertiente política de las palabras de Benedicto. Aunque cuando El País sea un vago recuerdo y las naciones, los estatutos, las causas urgentes, las ideologías imprescindibles y las noticias sensacionales hayan pasado, se seguirá adorando al Santísimo Sacramento...
2 Comments:
Es usted una persona muy interesante, con la cabeza perfectamente amueblada y muy cabal. ¡Qué distinto sería el mundo con más pensadores como usted! Es usted LIBRE.
Perspicaz, clarividente, sencillamente redondo... y liberador, como decía el comentarista anterior. Suyo: Osonobishobi Ingelosi
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